Un regalo

miércoles, 18 julio, 2007

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UN REGALO

Una niña en África, le dio a su maestra un regalo de cumpleaños. Se trataba de un hermoso caracol. – «¿Dónde lo encontraste?», le preguntó la maestra. La niña le dijo que esos caracoles se encontraban solamente en cierta playa lejana. La maestra se conmovió profundamente porque sabía que la niña había caminado muchos kilómetros para buscar el caracol. -«No debiste haber ido tan lejos sólo para buscarme un regalo». La niña sonrió y le contestó: – «Maestra, la larga caminata es también parte del regalo».


La aceptación

domingo, 10 junio, 2007

 Un maestro oriental que vio cómo un escorpión se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el arácnido le picó.

Por la reacción al dolor, el maestro soltó al animal, que cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro de nuevo intentó sacarlo y otra vez el bicho le volvió a picar.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:

– Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que usted intenta sacarlo del agua lo picará?

– La naturaleza del escorpión es picar y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar -respondió el maestro.

Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al alacrán del agua y le salvó la vida.


Lo perfecto y lo imperfecto

domingo, 20 May, 2007


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 LAS DOS VASIJAS

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua. Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.

Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al cargador diciéndole: «Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías.»

Éste le dijo compasivamente: «cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino». Así lo hizo la tinaja. y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

Él entonces le dijo:

-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.



Si me domesticas, mi vida se llenará de sol…

martes, 6 febrero, 2007

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  Entonces apareció el zorro.-Buenos días -dijo el zorro. -Buenos días -respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta, pero no vio nada. -Estoy acá -dijo la voz -bajo el manzano…-¿Quién eres? -dijo el principito -, Eres muy lindo… -Soy un zorro -dijo el zorro. -Ven a jugar conmigo -le propuso el principito -. ¡Estoy tan triste!…-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado. -¡Ah! Perdón -dijo el principito. Pero, después de reflexionar agregó: -¿Qué significa «domesticar»? -No eres de aquí -dijo el zorro -. ¿Qué buscas? -Busco a los hombres -dijo el principito -. ¿Qué significa «domesticar»? -Los hombres -dijo el zorro -tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas? -No -dijo el principito -. Busco amigos. ¿Qué significa «domesticar? -Es una cosa demasiado olvidada -dijo el zorro-. Significa «crear lazos». -¿Crear lazos? -Sí -dijo el zorro -. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo… -Empiezo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor… Creo que me ha domesticado… -Es posible -dijo el zorro -. ¡En la Tierra se ve toda clase de cosas…! -¡Oh! No es en la Tierra -dijo el principito. El zorro pareció muy intrigado: -¿En otro planeta? -Sí. -¿Hay cazadores en ese planeta? -No -¡Es interesante eso! ¿Y gallinas? -No. -No hay nada perfecto -suspiró el zorro. Pero el zorro volvió a su idea: -Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá los campos de trigo?. Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo… El zorro calló y miró largo tiempo al principito. –
 ¡Por favor…domestícame! -dijo. -Bien lo quisiera -dijo el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas. -Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro -. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!. -¿Qué hay que hacer? -dijo el principito.-Hay que ser muy paciente -respondió el zorro -. Te sentaras al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca… Al día siguiente volvió el principito. -Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el zorro -. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! .Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios. -¿Qué es un rito? -dijo el principito. -Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro -. Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días; una hora: de las otras horas. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. El jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves es, pues, un día maravilloso. Voy a pasearme hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones. Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida: -¡Ah!…-dijo el zorro-, Voy a llorar. -Entonces no ganas nada. -Gano -dijo el zorro-, por el color de trigo. Luego, agregó: -Ve y mira nuevamente las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. olverás para decirme adiós y te regalaré un secreto. El principito se fue a ver nuevamente las rosas: -No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún -les dijo-. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo. Y las rosas se sintieron bien molestas. -Sois bellas, pero estáis vacías – les dijo todavía -. No se puede morir por vosotras. Seguro que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa a quién he regado. Puesto que es ella la rosa que puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa que abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a quién escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Puesto que ella es mi rosa. Y volvió hacia el zorro: -Adiós – dijo. -Adiós -dijo el zorro -. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. -Lo esencial es invisible a los ojos -repitió el principito, a fin de acordarse. -El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importe.-El  tiempo que perdí por mi rosa…-dijo el principito, a fin de acordarse.


Carta para un niño con cáncer

jueves, 1 febrero, 2007

 

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«Cuando hemos acabado con nuestro trabajo en la tierra podemos dejar nuestro cuerpo que encierra nuestra alma como el capullo de seda a la mariposa. Y cuando llege el momento, dejaremos el cuerpo y nos liberaremos del dolor y del miedo. Seremos libres como una mariposa. Y volveremos a Dios, a nuestra casa, donde nunca estamos solos y donde podremos crecer, cantar y bailar…donde encontraremos a todos los que amamos (a los que dejaron su cuerpo antes que nosotros) y donde estaremos rodeados de todo el Amor que podemos llegar a imaginar.»

(Elisabeth Kübler Ross)


Siempre te querré

jueves, 1 febrero, 2007

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 Colín estaba muy enfadado y tristón. Se puso a tirar, a romper y a
derramar, a gritar, a llorar, a golpear y a patalear. Rompió,astillo, machacó y aporreó…-¡Ay Dios mío! -dijo su madre-. ¿Qué es todo este lío?. Y Colín dijo: -Soy un zorro pequeño, enfadado y tristón y nadie me quiere de corazón. -¡Pero, Colín…-dijo su madre-.Enfadado o no, pase lo que pase, siempre te querré de corazón Y Colín dijo: -Si fuera un oso pardo, ¿todavía me cuidarías?. -Pues claro -dijo su madre-. Seas oso o no, pase lo que pase, siempre te querré de corazón. Y Colín dijo: -Si me volviese gusano, ¿todavía me querrías y me mimarías?. -Pues claro que sí -dijo su madre-, gusano o no, pase lo que pase, siempre te querré de corazón. -¿Pase lo que pase? -dijo Colín, y sonrió. ¿Y si fuera un cocodrilo?. Y su madre dijo: -De besos y mimos te cubriría y por las noches, te arroparía. -El cariño se gasta? -preguntó Colín-. ¿Se rompe o se dobla?, ¿Se puede coser o pegar?, ¿Se puede arreglar?. -¡Vaya, vaya! -dijo su madre-, tantas cosas no sé, pero te aseguro que siempre te querré. Y Colín dijo: -Pero cuando te mueras y te hayas ido, ¿me seguirás queriendo?, ¿El cariño sigue vivo?. Su madre lo llevó, amorosa, a ver la noche serena con la luna luminosa y las brillantes estrellas. -Colín, fíjate en esos luceros que brillan como diamantes: aunque algunos ya murieron siglos y siglos antes…siguen brillando de noche el año entero. El cariño, como su luz, no muere, es duradero.

Nota: en este vínculo podéis ver y escuchar el cuento completo.Esta muy bien hecho, os gustara.Hay que clicar abajo a la izda.

http://www.correodelmaestro.com/talleres/indice.htm#